domingo, 1 de abril de 2012

Examen de conciencia bíblico

1er. Mandamiento  AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS

Pecado de Adán y Eva
El Génesis nos cuenta como Adán y Eva pecaron al desobedecer a Dios. La serpiente les «promete ser como dioses» y ellos ponen su deseo desordenado de ser como dioses por delante del plan de felicidad de Dios para el hombre. Dios les ama como Padre creador pero ellos no le aman sobre todas las cosas

Respuesta de Dios Padre
Dios pregunta a Adán y Eva «¿Dónde estáis?» y «¿Qué habéis hecho?» sabiendo bien las respuestas pero queriendo que ellos sean conscientes de su pecado. De alguna manera se puede decir que está preguntando ¿Qué habéis elegido? ¿A quién habéis creído? ¿De quién os habéis fiado?

Nos preguntamos
¿Amo a Dios sobre todas las cosas? O dicho de otra manera ¿qué cosas me alejan del Amor de Dios? ¿Creo y vivo que Dios es mi centro vital de tal manera que siempre está presente en mis decisiones más importantes?


2º Mandamiento  NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO

Pecado de la Torre de Babel
También el Génesis nos relata otro pecado de soberbia. Este contiene el matiz que se utiliza al cielo para intentar conseguir un fin barato, mediocre, banal, egoísta: «Una torre que llegue hasta el cielo y así hagámonos famosos» El pecado acaba llevándoles también a la confusión: dejaron de entenderse y, hablando claro, empezaron a pelearse.

Respuesta del Espíritu Santo y la Iglesia
En los Hechos de los Apóstoles, en el relato de la Venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés encontramos el gran contrapunto: En la dinámica del Espíritu siempre nos entendemos porque estamos en comunión. De tal manera que cuando se diga de los cristianos si «están borrachos» se les responderá que hemos sido llamados a profetizar en nombre de Dios.

Nos preguntamos
¿Hago de mi fe el que solo sea costumbre, tradición, superstición? ¿Intento que sea para mí magia al servicio de mis intereses o falsas seguridades?


3er. Mandamiento  SANTIFICARÁS LAS FIESTAS

Pecado del Becerro de Oro
Los israelitas se montaron con el Becerro de Oro su liturgia apartada de Dios. Dios los había convocado a celebrar su liberación y a escuchar su Palabra por medio de Moisés. ¿Les faltó paciencia? ¡Mucho más! ¡Les faltó confianza en Dios y Moisés! A esa falta de confianza le siguió la falta de obediencia y a esta le siguió el desorden. Moisés se encuentra un Pueblo que ha perdido el sentido de lo que hay qué celebrar y cómo celebrarlo.

Respuesta de Dios (por medio de Moisés)
Leemos en el Libro del Deuteronomio: «Escucha Israel: Yahvé, nuestro Dios, es el único Dios». A ese Dios que se hizo hombre, murió y resucitó por nosotros y por nuestra felicidad eterna es al único que debemos celebrar. Hoy nuestros «becerros» pueden acabar siendo el «fin de semana sin Dios», el «domingo sin Misa», la «Misa sin respeto y adoración a la Eucaristía», la «Navidad sin Jesús»…

Nos preguntamos
¿Cuál es mi becerro de oro, el que me aleja de vivir cada domingo con gozo la Eucaristía?


4º Mandamiento  HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE

Pecado del Hijo Pródigo
Ya conocemos la Parábola que nos relata Jesús en el Evangelio de San Lucas. Tan solo un detalle: pedir la herencia del padre en vida era decirle que era como si ya estuviese muerto para el hijo. Por eso al Hijo Pródigo no le preocupa lo más mínimo el daño que hace: Daño a su Padre,  o mejor dicho, a la relación con su Padre. Daño a la familia, como colectivo especialmente necesitado de generosidad en la convivencia. Y, sobre todo el daño que se hace a sí mismo, a su dignidad de hijo y de heredero de un bien mucho mayor. Qué manera tan tonta de poner en peligro el grueso de la herencia, el Amor Eterno del Padre, por tan solo un puñado de dinero tan fácil de ganar como de gastar.

Respuesta del Padre
Y el Padre espera y espera, y sale a su encuentro, y le abraza, y le perdona y, sobre todo, le llama hijo, y le organiza una fiesta. Y es que nunca ha dejado de ser Padre y de Amar al hijo. Un amor completamente desinteresado, generoso, entregado. Un amor de Padre y Madre.

Nos preguntamos
¿Amo y respeto, como se merecen, a mis padres? ¿Amo y defiendo a mi Madre la Iglesia y a su primer servidor, y por ello cabeza visible, el Papa?


5º Mandamiento  NO MATARÁS

Pecado de Caín
Cuando Caín envidia a su hermano Abel a causa de las ofrendas que hace a Dios, según nos relata el Génesis, Caín ya está empezando a matar a Abel en su interior. De ahí, de esa asquerosa  envidia, al odio y de odiarlo a matarlo hay menos trecho del que puede parecer. Todo va muy rápido. Mis intereses no pueden esperar. No hay tiempo para escuchar a Dios.

Respuesta De Dios
Y Dios le pregunta a Caín «¿dónde está tu hermano?» y, una vez más, Dios sabe muy bien lo que ha pasado pero no quiere dejar pasar el recordarle a Caín que Abel no era un competidor, ni un enemigo; era su hermano. Como lo son tantos que sufren hambre, guerra, terrorismo, racismo y, por desgracia, un largo etcétera. ¡Es tu hermano! No le mates ni siquiera con la lengua afilada o el desdén o la indiferencia o la soledad…

Nos preguntamos
¿Mato con el pensamiento o con la lengua afilada a algunos de los que me rodean en mi familia, trabajo o ambiente? ¿Estoy expectante ante la necesidad de mi hermano: ayuda material, compañía, compartir mi fe?

Pecado de Herodes
Herodes es tan celoso de su reinado que no quiere verle la corona ni a su sombra. Por eso, al saber que ha nacido el verdadero Rey, Jesús, decide matarle. Y, además, como aparte de rey malo es rey tonto, piensa que matar a un niño va a ser bien fácil. Por desgracia lo que fue fácil fue matar a los Santos Inocentes. Tan fácil como hoy resulta matar a tantas vidas por medio del aborto. O congelar eternamente a embriones por culpa de los caprichos pseudocientíficos.

Respuesta de María
La Virgen María dice sí a la vida y lo dice de una manera generosa, pese a los problemas que se puedan derivar de su sí. Un sí si condiciones ni condicionantes, hoy llamados supuestos. No se deja, pues, inundar por el ambiente que le rodea, por el miedo al qué dirán. María dice sí a Dios diciendo sí a la Vida que Dios le regala.

Nos preguntamos
¿Soy consciente que como cristiano he de defender toda vida, desde su seno materno, como un bien irrenunciable dado que es un don que viene de Dios? ¿Me informo, y formo, aunque solo sea el mínimo indispensable, para ser luz sobre este tema a mi alrededor?


6º Mandamiento  NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS
9º Mandamiento  NO TENDRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS

Pecado de David
En el II Libro de Samuel se nos relata como David desea a Betsabé, la mujer de Urías, y como para quedársela como mujer manda a Urías al frente y ordena que se le deje solo para que le maten. La lujuria se muestra aquí verdaderamente como el desorden que es. Unos pueden llegar a  poner en juego su matrimonio; otros, incluso, ponen en peligro su promesa o voto de castidad; y todos, cuando pecamos de lujuria, nos alejamos de los planes de felicidad, incluso terrenal, de Dios para la mujer y el hombre.

Respuesta del Profeta Natán
El profeta Natán enviado por Dios le dice a David y nos dice a nosotros: «¿Por qué has despreciado a Dios haciendo lo que a él le desagrada?» y para que sepamos que Dios nos ve en lo secreto, incluso en nuestros deseos y pensamientos desordenados, dice a David y me dice a mí: «¡Tú eres ese hombre!» Deja de fijarte en lo que hacen los otros, deja de buscar excusas o comparaciones, tú eres el que ha pecado, el que ha desagradado a Dios, el que se ha alejado de la dignidad de hijo con ciertos programas de TV o ciertas películas, o con la infidelidad.

Nos preguntamos
¿Concedo vía fácil a ciertas conversaciones, miradas, programas y espectáculos llenos de frivolidad y peligrosos para mi integridad moral? ¿Me pongo en peligro de caer en la infidelidad respecto de mi estado y vocación?


7º Mandamiento  NO ROBARÁS
8º Mandamiento  NO DIRÁS FALSOS TESTIMONIOS NI MENTIRÁS

Pecado de Ananías y Safira
Tal como nos explica el libro de los Hechos de los Apóstoles, sabemos que Ananías y Safira eran un matrimonio cristiano que al vender un campo se quedaron parte del precio cometiendo a la vez tres pecados graves: primero, el robar a su compromiso libre de compartir bienes como solidaridad con la comunidad; segundo, el mentir a los responsables de la comunidad sobre el precio para… tercero, aparentar ser justos, honrados, solidarios…verdaderos hermanos. Aunque este tercer pecado puede parecer el menos grave (siempre nos parece más grave robar que aparentar) seguramente es tan grave como los otros dos anteriores.

Respuesta de Pedro
Pedro pregunta a cada uno por separado sobre el precio de venta, es decir, les da la oportunidad de darse cuenta del bien que han dejado de hacer (pecados de omisión) y de no mentir respecto del mal que hacen. Pero ellos están en otra dinámica y lo están los dos, incluso cada uno sin el otro. Es posible que incluso algún día estuviesen dispuestos a mentirse el uno al otro. Y Pedro afirma «No has mentido a los hombres si no a Dios»

Nos preguntamos
¿Soy sincero respecto de mi trabajo y de mi ganancia por él? ¿Trato y pago con justicia a mis empleados, incluidos los domésticos? ¿Soy sincero en cuanto a quien y como soy o busco aparentar?


10º Mandamiento  NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS

Pecado del Joven Rico
Recordamos el dialogo entre Jesús y el conocido como joven rico. Éste lo cumplía todo: los mandamientos del primero al último,  cumplía con todos los rituales y celebraciones e, incluso seguro que se conocía bien la Escritura. Y entonces ¿qué le faltaba? Pues algo le debía faltar cuando busca más. Parece que su cumplimiento no le llenaba, que se encontraba vacío. Difícilmente el Señor podía llenarle del todo si en sus baúles del alma dejaba poco sitio para las cosas de Dios. Sus afanes los tenía llenos de cosas perecederas: dinero, propiedades y, quizá con ello, fama y prestigio o, tal vez, desgana y pereza.

Respuesta de Jesús
Y Jesús va y le sacude (se entiende que me refiero a un golpe). Jesús le quiere despertar. Y para ello le muestra el modo de dejar de sentirse vacio y de llenar del todo su vida; de dejar de mirar cabizbajo y pasar a mirar bien alto; de seguir deambulando sin norte y saber que se responde sin lastres a la vocación a la que Dios te llama. «Véndelo todo, ven y sígueme. Pero ahí están los lastres: en su caso el dinero, en el nuestro pueden ser el afán de seguridades («por si pasa algo»), el afán de comodidades («me las he ganado»), la mediocridad («yo ni robo ni mato»), la tibieza («yo ya voy a Misa») y, sobre todo, la excusa de mirar lo que hace el otro, de codiciar lo que tiene el otro.

Nos preguntamos
¿Ponemos nuestros afanes en bienes baratos, fáciles, triviales? ¿Nos fijamos en el otro solo para envidiar de lo que tiene? ¿Me conformo con la tibieza y la mediocridad?

Quique Fernández
                          Coordinador de la Escuela de Animación Bíblica de Barcelona


2 comentarios:

  1. A la vez que es completo, es ameno y nos hace recordar pasajes de la Escritura en los que se ve reflejada perfectamente nuestra inclinación a desviarnos del camino que nos lleva a Dios.

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  2. Me ha gustado mucho, ese paralelismo entre cada mandamiento, el contexto bíblico y nuestra opción de hacer Su Voluntad o la nuestra.

    Enrriquecedor... Muchas gracias!

    Carmen Piña

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