viernes, 17 de diciembre de 2010

Anticipo navideño

Queridos amigos:
Aunque no estemos todavia en Navidad esto es un adelanto.
Os pongo en situación. Centro comercial, todo el mundo tomándose algo tranquilamente después de un día de compras. De repente, una chica entre la multitud que parecía estar hablando por teléfono comienza a cantar el Aleluya de Händel ante los sorprendidos comensales. Acto seguido, otro chico se levanta y le sigue el ritmo a la canción.
Echa un vistazo al enlace.
Como os podéis imaginar, la multitud allí congregada no podía creer lo que oía. En un principio se quedaron con la boca abierta, pero en seguida reaccionaron y sacaron prestos las cámaras de sus móviles para inmortalizar el momento. Pero ahí no acabó la cosa, rápidamente se les unieron más personas. Resulta que 80 miembros del coro de Niágara de Canadá se habían mezclado discretamente entre la gente del restaurante.
Lo que parecía un acto espontáneo fue algo que tardó semanas en prepararse. Había que tenerlo todo planeado hasta el último detalle. No podían informarle a nadie en el centro comercial hasta el último momento para que la sorpresa fuese completa. Una pianista que estaba "infiltrada" como encargada de tocar villancicos en el centro comercial fue la que se encargó de dar la señal de salida tocando las primeras notas del Aleluya.
El resultado no dejó indiferente a nadie. Y es que los chicos del coro consiguieron que todo el mundo sintiera el espíritu navideño. Lo bordaron.
(enviado por Ignasi Ricart, 
claretiano, profesor de Biblia) 

viernes, 10 de diciembre de 2010

Navidad

Es navidad cada vez que sonríes a un hermano y le tiendes la mano.

Es navidad cada vez que estás en silencio para escuchar al otro.

Es navidad cada vez que no aceptas aquellos principios que destierran a los oprimidos al margen de la sociedad.

Es navidad cada vez que esperas con aquellos que desesperan en la pobreza física y espiritual.

Es navidad cada vez que reconoces con humildad tus límites y tu debilidad.

Es navidad cada vez que permites al Señor renacer para darlo a los demás.

(Madre Teresa de Calcuta)

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cada católico con su Biblia

La Conferencia Episcopal de Colombia ha lanzado la campaña «Cada católico con su Biblia», insistiendo en la necesidad de la Animación Bíblica de toda la Pastoral, y de que la Biblia llegue a todos los hogares y a todas las personas.

Los obispos animan a todos y a todas a que conozcan la Biblia, la lean, la estudien, la oren...

jueves, 25 de noviembre de 2010

Estrenando vida y misión

Acabo de llegar a Fortaleza, estado de Ceará (Brasil), mi nueva tierra prometida. Como a Abrahán y Sara (Gn 12) también a mí el Señor me ha dado una tierra que es pura novedad. Aunque anteriormente estuve diez años en Salvador de Bahía, tras una larga etapa de once años en España, me siento estar nadando en un nuevo océano mucho más amplio y desafiador que el Mediterráneo.
Sabor a novedad. Calle, ruidos, música, autobuses, lengua, relaciones… Todo encierra un no sé qué de novedoso, de promesa, de desconocido, de miedo, de tentativa, de sueño, de osadía, de gozo, de sorpresa, de expectativa, de cómo saldremos de aquí, de cómo llegaré hasta allá, de cómo regresar sin perderme. Estar en una nueva ciudad tiene sus riesgos, sus desafíos, su aventura, su secreto, su fascinación, desde el canto sostenido de los gallos que a las cuatro de la mañana insisten, te acunan y te reclaman, hasta la comida con sus horarios y preparación, la organización de la jornada, el entrar en contacto con un mundo que exige escucha, apertura, acogida, fiesta, esfuerzo, trabajo, metodología nueva, contactos, burocracia sin cuento, y el descubrir injusticia, violencia y corrupción incrustadas en los rincones más insospechados… 

Estrenando vida. A los dos días de llegar participé de un seminario de justicia y paz de la red CEJUPAZ, formada por misioneros combonianos y jóvenes de cinco estados diferentes de Brasil que trabajan en diferentes contextos por una cultura de paz. Era un seminario de evaluación, programación y celebración. Yo, en principio, había programado llegar después del seminario, para no llegar y lanzarme luego a la piscina, pero fue una buena oportunidad para entrar en el nuevo contexto, donde se dan situaciones tan gritantes y donde se nos llama a ser fermento de paz y justicia a partir del protagonismo de los jóvenes en los medios juveniles como son las escuelas, y a través del teatro, de la radio, de los medios de comunicación, de las redes sociales…

Justino, Eloy y Alfredo
Un baño de multitudes. Es sábado por la tarde, a la puesta del sol la playa está abarrotada, una marea de personas acompaña el palco y las pantallas gigantes que se han instalado para el acontecimiento. Allí el sacerdote Reginaldo Manzotti, cantautor, ha congregado a la gente para el tercer Evangelizar: Un largo rato de adoración al Santísimo, seguido de cantos religiosos. Hay emoción, concentración… Un millón doscientas mil personas, según los organizadores y la policía. Al volver escucho un comentario sobre el acontecimiento, si evangelizar fuese tan sencillo así, dónde quedaría todo el esfuerzo señalado por el Vaticano II, Medellín y todo lo que dice Pablo VI en  la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi: “La evangelización del mundo contemporáneo” .

Estrenando misión. El domingo por la tarde fui con dos postulantes, Alfredo y Eloy, a la “pastoral con la gente de la calle”, en situación vulnerable y necesitada.  Llegamos al centro de la ciudad y visitamos algunas plazas semidesiertas, plazas y cruces de caminos de los que parece hablar el Evangelio (cf. Lc 14,21). Nos sentamos en un banco esperando a una religiosa que también trabaja en esta pastoral. Con el paso de los minutos, se van acercando personas con una bolsa, un hatillo o sin nada o con la vida a cuestas. En medio de la plaza y sin muchas ceremonias se van poniendo los asuntos sobre la mesa: Situaciones de vida, de dolor y dificultades con tal persona o institución. Nos describen las dificultades para entrar en el mundo del trabajo, las cuestiones desafiadoras de la violencia, de la venta y consumo de drogas, del peligro de dormir al raso (Lc 2) y de intentar saber quién es el que está acostado a tu lado para no dormir con el enemigo inocentemente, nos comenta Albino. “La calle es muy traicionera”, añade, sabiendo muy bien de lo que está hablando.

Grupo de CEJUPAZ
Se acercan varias personas, nos saludan, se van. Los diálogos se suceden con toda sencillez al caer la noche. En medio de la conversación Antonio Carlos saca a colación Moisés: su vida, su mujer, cómo tuvo que huir, sus hijos, su vuelta a Egipto para liberar a su pueblo, el encuentro con su suegro Jetró (Ex 18) y concluye compartiendo el sueño que tiene de estudiar y rehacer su vida. Otro, no recuerdo bien su nombre, expone su situación, recita unos versos religiosos que tienen toda la carga de ser autobiográficos y acaba derramando lágrimas… se aparta un poco, se sienta en un banco… luego vuelve, restablecemos la conversación. “Lo que yo busco es a Dios… poder alabarle”.
Unas treinta personas llenan aquel rincón de la plaza. Unas están sentadas por los bancos charlando, otras pasean o se van a alguna parte… llega una furgoneta con la cena. Se hace la fila sin prisas. Todos se van acercando a tomar la sopa y un bocadillo. Nos vamos a otra plaza, nuevos contactos por el camino con tres jóvenes que llevan un carro.  Se paran, nos saludan. Llegamos a otra plaza. Un carro cargado de lo que han ido recogiendo a lo largo de la semana es el centro del grupo. La hermana le entrega un rosario para una persona a la que se lo había prometido. Hay gente durmiendo en los bancos. Charlamos un poco  y salimos para la tercera plaza, “el dormitorio común”. Es  ya la hora de acostarse. Algunos están ya durmiendo debajo de los pórticos. Otros preparan su colchón al otro lado de la calle. Uno de ellos, bastante delgado, celebra su cumpleaños: ¡cincuenta años! Aparenta muchos más. Le felicitamos, se llama Elías y como al profeta le gusta hablar de Dios y de los Salmos. Es evangélico. Busca en su mochila y vuelve con la Biblia y un libro de cánticos. Le entrega la Biblia a Eloy con estas palabras: “la carta de Dios para nosotros”, “esta es la boca de Dios que nos habla”,  y le manda leer el salmo 71, especialmente el versículo 5. Lo tiene subrayado de color rojo. Le manda que comente el versículo que ha leído. Lo hace con sencillez y brevedad, pero Elías insiste: tienes que explicarme más ampliamente el sentido de ese versículo. Aquello le sabe a poco. Entro en la conversación, añado algo de mi cosecha y se queda satisfecho con la explicación (Ne 8,7-8; Hch 8,31). Luego nos apunta a uno de los jóvenes que están acostados: “Ese sí que sabe explicar bien la Biblia”. Está recostado, no se da por aludido, nos mira, sonríe, no dice nada, pero acompaña nuestra conversación con atención. “El compañero explica la Biblia de maravilla. ¡Da gusto escucharle!”, concluye Elías, mientras nos entrega el libro de cánticos y nos va indicando uno tras otro los números que quiere que cantemos. La alabanza surge espontánea a esta hora de la noche tras tantos encuentros gratuitos y significativos. Vuelve otro compañero de Elías que nos pide algunos cantos más. Se los sabe de memoria… A la luz de la luna hemos improvisado un círculo bíblico ecuménico y una alabanza al Dios de la Vida. 

A algunas semanas de distancia sigo recordando, entre otras cosas, el salmo 71 que tiene un sabor todo especial a testimonio.

Justino Martínez   

viernes, 12 de noviembre de 2010

Exhortación Apostólica «Verbum Domini»

Acaba de publicarse la exhortacion apostólica postsinodal «Verbum Domini», sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia.

Es un documento que sugiere muchísimas ideas fuerza para nuestro trabajo de «Animación Bíblica de la Pastoral»
.

* Podeís acceder al documento completo, en formato "pdf", en la página del Vaticano: http://www.vatican.va/ 

* También podéis leer un artículo-comentario de la exhortación apostólica en: http://universitatiesbiblia.blogspot.com

miércoles, 20 de octubre de 2010

La Biblia en la catequesis


«Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la practican» (Lc 11, 28)

La primera catequesis cristiana fue, naturalmente, la predicación de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios. Y la siguiente, obviamente, fue la predicación de los Apóstoles que, no podía ser de otra manera, se basaba y contenía la Palabra que ellos mismos habían escuchado y acogido.
Siguiendo la inspiración divina escribieron los Evangelios. Nos dicen los biblistas que las diferencias que encontramos entre los Evangelios vienen motivadas, en la mayoría de ocasiones, por la comunidad a la que van dirigidos. Es decir, que en ellos hay una clara e importante intencionalidad catequética.
Con el tiempo, los sucesivos sucesores de los Apóstoles fueron desarrollando esa catequesis y, por tanto, fue configurandose lo que hoy llamamos Magisterio. Ese Magisterio tiene una base bíblica bien sólida pero, a semejanza con un gran iceberg, en muchas ocasiones su presentación, sus catequesis, tan solo muestran, como asomandose, una pequeña parte del fundamento bíblico que lo sostiene.

Vayamos al día a día de nuestras catequesis. ¿En cuanto del tiempo que duran nuestras sesiones de catequesis se utiliza la Biblia, el Evangelio? Perdón, quizá me he pasado con la pregunta. Dejémoslo en ¿En cuántas de las sesiones utilizamos el Evangelio? Quizá todavía se las trae la preguntita. Tal vez sería más fácil así: ¿En nuestra catequesis utilizamos habitualmente el Evangelio?
Desde la teoría solo debería caber una respuesta afirmativa. Fijémonos en lo que subrayó Juan Pablo II hace ya treinta años en la exhortación Catechesi Tradendae:
«La catequesis ha de estar totalmente impregnada por el pensamiento, el espíritu y actividades bíblicas y evangélicas a través de un contacto asiduo con los textos mismos» (nº 27)

¿Contacto asiduo con los textos mismos?
Un mínimo conocimiento de muchos de los que han pasado por muchas de nuestras catequeis (me refiero a nuestros compañeros de trabajo, a nuestros vecinos e, incluso tristemente, a muchos de   nosotros), nos lleva a conclusiones muy diferentes de la teoría expuesta.
Algunos de ellos ni han tocado en su vida una Biblia o un Evangelio, la mayoría nunca recibíó formación bíblica y casi todos desconocen a los Profetas o los Hechos de los Apóstoles.
Bueno, bueno... -me contestan- que dos cursos de Comunión no dan para tanto...
Pero ¿y los miles que han pasado por nuestras catequesis de Confirmación?
Es habitual que algunos de mis compañeros de trabajo (no creo que me lean) me pregunten sobre cuestiones bíblicas muy básicas para ellos o para sus hijos. Y lo mismo puedo decir de la mayoría de los padres que traen a sus hijos a catequésis. ¡Y muchos de ellos están confirmados!

¿Es posible, pues, la catequesis sin la Biblia? ¡Decididamente no! Y así de claro lo tenían los primeros cristianos. Dice el libro de los Hechos que Pablo predicaba «basandose en las Escrituras»
(Hch 17,2)
¿Es que acaso se puede predicar, catequizar, de otro modo? Quizá se pueda predicar otra cosa, quizá..pero la fe y el seguimiento de Jesús de Nazaret, desde luego que no.
Merecen la pena las palabras de Gonzalo Espina en su libro «¿Cómo hacer de la Biblia el libro de la Catequesis?»: «La catequesis debe privilegiar la riqueza del lenguaje bíblico (...) Debe poner en contacto con la fuerza comunicativa de los textos mismos, de las propias palabras de Jesús. En los gestos y palabras de Jesús hay una novedad, autoridad, provoción, firmeza, ternura, autenticidad, evocación, penetración, pedagogía...insuperables»
Ni podemos ni queremos sustraer al hecho catequético lo «insuperable» de contar con las propias palabras de Jesús. Lo contrario sería predicarnos a nosotros mismos.

Cuando me comentan desde diferentes comunidades que ellos ofrecen la Misa Familiar una vez al mes, no puedo por menos, aún a riesgo de granjearme alguna antipatía, que preguntar por qué rebajan a los niños a una 2ª división.
Pues bien, lo mismo me ocurre cuando parece que no hay espacio para la Biblia en las catequesis de niños. Se aducen, casi siempre, motivos de carácter sociológico. A mí me pesan más las respuestas que encuentro en la misma Palabra de Dios.
San Pablo, en la 2ª carta a Timoteo le recuerda: «y desde la infancia conoces las Escrituras». Claro que sí!, las mismas que aprendió Jesús en Nazaret, las mismas que aprendió su Madre María y que bien demuestra con el cántico del Magnificat (reescribiendo en clave de Evangelio el cántico de Ana)
Y también me he creído a nuestro último Concilio Provincial Tarraconense (1995) cuando en sus Resoluciones nos dice: «Se distribuirán los contenidos del mensaje bíblico en cada uno de los diversos procesos de la catequesis -niños, jóvenes y adultos»

Y digo yo que si San Pablo, Juan Pablo II o el último Concilio Tarraconense nos lo proponen...¡Es que será posible! Lo que pasa es que, al igual que toda la labor evangelizadora, Dios la ha puesto en manos de nosotros y, de alguna manera se puede decir que, por tanto, está en nuestras manos que sea posible.
Un par de pistas, para hacerlo posible, nos las brinda Gonzalo Espina en su libro:
1. «El primer paso para que tú seas un catequista que coloca la Biblia en el centro de la Catequésis es que la Bíblia sea para ti el libro más leído, más meditado y más orado.»
2. «La Biblia se lee en y con la Iglesia. El libro de los Hechos nos muestra cómo la lectura se hacía en comunidad, presidida por los Apóstoles y asistida por el Espíritu.»

Ojalá estas líneas sirvan para que nos interroguemos sobre el lugar que ocupa la Palabra de Dios en nuestras catequésis. Bien es cierto que estas reflexiones tan solo abordan el qué hacer sin disponer de espacio para el cómo hacerlo. Eso puede ser tema para otro artículo pero, mientras tanto, también puede ser objeto de diálogo en nuestras reuniones de catequistas.

De lo que no hay duda es de las consecuencias a las que nos lleva predicar, catequizar, con la Escritura. Nos lo dicen los primeros discípulos: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos explicaba las Escrituras?» (Lc 24, 32)


Quique Fernández
Animador bíblico y catequista

miércoles, 6 de octubre de 2010

Al partir... PASIÓN POR LA PALABRA


 Sueño una primavera florida de la Palabra, aquí y allá.

El alpinista es quien conduce su cuerpo allá donde sus ojos sueñan.
 Gaston Rebuffat
Las verdades elementales caben en el ala de un colibrí.
 José Martí

0. iNTRODUCCIÓN: LOS OCHOMILES DE LA ABP.

De entrada tres pequeñas  historias:

a)      En julio de 1999, como quien dice en el siglo pasado, Vicente me decía respecto a la Animación Bíblica de la Pastoral (ABP) que quería comenzar en Barcelona y Cataluña: “te vas a quedar en el paro y te vas a morir de hambre”. Ese fue su pronóstico y desafío.

b)      Septiembre de 2010, once años después, en la Asociación Bíblica Española (ABE) se tenía en Valladolid un Seminario coordinado por nuestro querido amigo Javier Velasco Arias sobre “Biblia y Pastoral”, otra manera, más abreviada, aunque más imperfecta, para decir Biblia y Animación Bíblica de la Pastoral con unas catorce o quince personas de toda España.
Entre esas dos historias hay once años de trabajo en Equipo con mucha gente, de muchos lugares, centros teológicos, parroquias, grupos de aquí y de allá… Se han movido muchas teclas en las Jornadas de la Asociación Bíblica de Cataluña, en la ABE, en el CEP, solamente por citar tres lugares específicos. Ha habido que remover y roturar muchos campos, despertar muchas semillas sembradas por el Espíritu de Jesús mientras nosotros dormíamos (Mc 4,26-30) o pensábamos o soñábamos… nuevos campos de evangelización y animación bíblica.

c)      Al partir para Fortaleza (Brasil), quisiera contaros una historia que me emocionó mucho y que puede explicar de alguna manera los motivos por los que parto y voy a la misión, y a qué me voy a dedicar…, haciendo tanta falta aquí de brazos y ganas de trabajar… como me han dicho más de cuatro veces en estos últimos meses. 

Es la historia de un amigo que me impresionó mucho con su reportaje intentando la escalada de un pico de más de ocho mil metros de altura: Jesús Morales. Durante el reportaje, viendo la belleza, la fascinación, la fuerza de voluntad, los esfuerzos y los riesgos sin número me pregunté cien veces: Por qué una persona arriesga su piel por una meta así… Con esto no quiero decir que yo me vaya a hacer alpinista o que corra los riesgos de los alpinistas de alta montaña. Simplemente de que la Misión encierra una serie de riesgos… y muy bien me lo recordó mi compañero Heitor apenas bajé del avión el 6 de marzo de 1989 al llegar a Salvador. Sus palabras de bienvenida tenían un timbre especial: “Escoge la muerte con la cual quieres morir”. Su lacónica frase fue seguida de otra no menos misteriosa: “El silencio es también una respuesta en la Bahía”.

Gracias a Dios, después de once años en Barcelona, no vuelvo a Salvador, ahora me voy a Fortaleza, a crear un Centro de Espiritualidad para la Justicia y la Paz para Jóvenes, a unos miles de kilómetros más al norte, con cerca de tres millones de habitantes y cientos de desafíos.


1. DESPERTAR LAS SEMILLAS DE LA PALABRA

En esta década por Cataluña y España he descubierto que hay millones de semillas escondidas, sembradas en el terreno de cada corazón humano.  Muchas de ellas esperan que llegue una lluvia suave que las haga despertar, las llame por su nombre y se abran al tesoro de la Palabra que anida en el corazón de cada persona.

Hemos roturado campos amplios, y cruzado por caminos nuevos, ensayando métodos y espacios creativos para que las Semillas del Verbo (S. Justino) aniden, arraiguen y den fruto abundante en la vida pastoral y evangelizadora de las comunidades.

2. AFIANZAR EL PROCESO DE INICIACIÓN Y PROFUNDIZACIÓN BIBLICA

El proceso de conocimiento de la Biblia ha dado saltos de gigante en estas últimas décadas en algunos continentes, por ejemplo, en América Latina. En Europa, incluida España, se han dado también pasos significativos; tenemos que reconocerlo con alegría, aunque queda mucho por hacer en el conocimiento y profundización de la Biblia, de la Animación Bíblica de la Pastoral, en la Formación científica y sistemática de los Animadores Bíblicos, en “creer” en los Animadores Bíblicos y en “crear” nuevos métodos de Animación Bíblica de toda la Pastoral.

En el Seminario de Biblia y Pastoral, tenido en las Jornadas de la ABE de Valladolid este mismo año, aparecieron métodos diferentes, acercamientos diversificados ante la Palabra de Dios de los puntos más variados de la geografía española: Santander, Vigo, Valencia, Madrid, Sevilla, Palencia, Bilbao, Huelva, Barcelona... Eso es una riqueza que hay que seguir potenciando, al mismo tiempo que se perfecciona nuestro propio método. El conocer otros métodos de lectura de la Palabra de Dios enriquece nuestro punto de vista y nuestra manera de acercarnos al tesoro inmenso de esa Palabra que supera toda descripción.

El seminario de Biblia y Pastoral ha sido el logro de muchos años de “incordiar” en todas las Jornadas de la ABE sobre la necesidad de la Animación Bíblica de la Pastoral como tarea de biblistas expertos y como una dimensión que no se puede dejar de lado, pues la Palabra de Dios y la tarea del exegeta no ha cumplido su cometido si no llega al corazón de los oyentes de la Palabra. Pablo VI lo resalta claramente: “la fidelidad a la Palabra Encarnada exige también fidelidad al hombre moderno que hoy escucha el mensaje”.  “La fidelidad al hombre moderno es exigente y difícil, pero es necesaria, si se quiere ser fiel al mensaje hasta el final” (Pablo VI a los exegetas italianos[1]).

3. LA BIBLIA, LIBRO DE CABECERA DE TODA LA PASTORAL

Ha caído en mis manos un folleto que lleva por título: “La Biblia nuestro mejor libro”. Me ha parecido genial el título y su mensaje y también la presentación de dicho folleto.
a)      Toda la Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento: Este mensaje es altamente  recomendado para católicos que se olvidan de leer y descubrir el Antiguo Testamento, pensando que con el Nuevo ya tienen bastante. Leer a este respecto el Documento de la Pontificia Comisión Bíblica, de 1993: La interpretación de la Biblia en la Iglesia.

b)      Toda la Biblia para animar toda la Pastoral y todo tipo de pastoral: Tenemos miedo de usar la Biblia en la catequesis, en la pastoral, en la teología… Aunque el Concilio Vaticano II ya nos recuerda que la Palabra de Dios debe ser el alma de toda la teología, en la realidad queda todavía como asignatura pendiente y mucho más si queremos que la Biblia sea el alma, la savia vitalizadora de toda la Pastoral.

c)      Talante caleidoscópico de la Palabra de Dios

La Biblia, subrayan Severino Croatto y Milton Schwantes, guarda siempre por mucho que se la conozca: una reserva de sentido, algo nuevo, inédito y que nos puede llenar de fascinación, encanto  y sorpresa.
1.      Palabra - Creadora: Gn 1,1-2,4
2.      Palabra - Liberadora: Ex 2,23-25; 3,1-18.
3.      Palabra- Brisa suave que templa el alma (Elías): 1 Rs 19,12-13.
4.      Palabra - Manantial de gozo y alegría: Jr 15,16; Sl 1,2; 119,16.24.47.70.77. 92.143.162.174.
5.      Palabra - Fuego ardiente  inextinguible en el corazón:  Jeremías 20,7-10
6.      Palabra - Hambre y sed de la Palabra en Amós: 8,11 (Jn 4,34); y su pasión por la Justicia[2] (5,24).
7.      Palabra - Devorar la palabra para profetizar: Ez 2,8-3,3; Ap 10,8-11,13.
8.      En tu Palabra echaré las redes: Pedro: Lc 5,1-11.
9.      La palabra - Semilla que da fruto abundante y perseverante: Lc 8,1-15
10.  La Palabra - hace arder el corazón y pone en pie de testimonio y misión: Lc 24,13-36.
11.  La Palabra y el Espíritu dinamizan la misión hasta los confines de la tierra: Hch 1,8; 4,29.31; 6,2.4.7; 8,4.14.25; 10,36.44; 11,1.19; 12,24; 13,5.7.26.44.46.48.49; 14,3.25; 15,7.35.36; 16,6.32; 17,11.13; 18,5.11; 19,10.20; 20,32; 28,31.
12.  Sólo tú tienes palabras de vida eterna: Jn 6,68-69.

En la Escuela de Animación Bíblica creemos que la Biblia debe ser el libro de cabecera de todo Agente de Pastoral: laicos, religiosos, catequistas, liturgistas, sacerdotes, obispos...

4. A MODO DE CONCLUSIÓN: Seguir leyendo y explicando la Biblia (Hch 8,26-40) y seguir CONTANDO la Historia de Jesús y como hacía Jesús (Lc 24,1-49).

Recomendar a continuar leyendo la Biblia no es nada original, pues se va haciendo de las más variadas formas, desde hace muchos siglos, por ejemplo, desde el Eunuco de Candaces (Hch 8,26-40) y también nos muestra la necesidad de “explicación” (Ne 8; Lc 24,13-35). Leer la Biblia es el primer paso en el proceso de interpretación y comprensión de la Palabra de Dios. Tenemos también la necesidad de ser guiados, orientados  en este camino para poder sacarle todo el jugo a la Palabra de Dios.
Y para aclarar una vez más el porqué me pongo en camino y parto para la misión, valgan unas frases de un pequeño poema[3] que aclaró a mi sobrino José María porqué estaba yo en Brasil de misionero:
Yo parto para contar historias como Jesús,
que revelan el Amor del Padre (Jn 1,18),
encantan a los niños y a los ancianos,
y despiertan a los jóvenes y a los adultos.
Si quieres... ¡Ven!
Serás feliz.
Y mucho más...
¡Harás felices a mil!”

Sí, seguimos, con alegría, audacia y perseverancia, contando historias que cambian el corazón (Lc 15,1-32) y hacen soñar a los hombres y mujeres de hoy como aquel Peregrino hizo arder el corazón de los peregrinos que se dirigían a Emáus, les explica las Escrituras, les parte el pan y se ponen en pie de misión y testimonio hasta los confines de la tierra (Lc 24,13-49).

·                 Y a los Animadores Bíblicos ante las tareas y desafíos que les tocará enfrentar y ante las alegrías de anunciar la Palabra de Dios, una última palabra con un poema de León Felipe: ¡QUÉ OS GUÍE DIOS!

¡Oh pobres versos míos, hijos de mi corazón
que os vais ahora solos
y a la ventura por el mundo...
que os guíe Dios! ...
¡Que os guíe Dios!...
y Él que os sacara de mi corazón
os lleve de corazón en corazón.
León Felipe

Y por lo demás, como he comentando con alguna persona, lo que hasta ahora no  hemos logrado hacer, porque no hemos sabido, no hemos podido o no hemos tenido posibilidades… os los dejo como HERENCIA, para que vosotros y vosotras lo vayáis realizando movidos por el Espíritu de Jesús que os ayudará, día tras día, en vuestra tarea y misión (Jn 14,26; Lc 12,11-12; Hch 1,8).


Web: Palabra En Camino:  http://www.combonianos.com/


[1] Carlos Mesters, Flor sem defesa. Uma explicação da Bíblia a partir do povo, Petrópolis, Vozes, 1991, pp. 80 y 115.
[2] Benedicto XVI subrayaba el 12 de octubre de 2005, en la audiencia de los miércoles, comentando el Salmo 121 que: “la religión bíblica no es abstracta ni intimista, sino que es levadura de justicia y de solidaridad”.
[3]  El poema sirvió de recordatorio  para actualizar los correos electrónicos.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Memoria, Palabra, Escritura. La génesis viva del texto

Del 6 al 8 de septiembre se celebraron en Valladolid, en el «Estudio Teológico Agustiniano», las XXII Jornadas de la «Asociación Bíblica Española» (ABE). El encuentro tuvo como elemento aglutinador tres grandes conferencias, bajo el título genérico de «Memoria, Palabra, Escritura. La génesis viva del texto».

La primera conferencia del profesor Samuel Byrskog (Universidad de Lund, Suecia) trató sobre «From Orality to Textuality: The Emergence of a New Form-Critical Paradigm» (De la oralidad a la textualidad: El surgimiento de un nuevo paradigma de la crítica de las formas). En su plática subrayó el cambio de paradigma al que estamos asistiendo en la forma de entender las tradiciones orales y su importancia. Señaló lo que él considera los tres componentes centrales de la historia oral: los testigos oculares, la tradición oral y la memoria. Después analizó el potencial de la Chreia (relato breve que se utiliza como ilustración o ejemplo) como una entidad de la crítica de la formas. Continuó con un ejemplo de esta forma literaria, a partir del texto de Mc 1,35-39. Acabó su intervención hablando de cómo es vivido el pasado en el presente, cómo las experiencias transmitidas oralmente, y después puestas por escrito, son reelaboradas buscando respuestas a las situaciones contemporáneas.

La segunda ponencia, del profesor Juan Chapa (Universidad de Navarra), versó sobre «La materialidad de la Palabra: manuscritos que hablan». El ponente, que utilizó un interesantísimo material gráfico, afirmó que los escritos del Nuevo Testamento nacieron con la intención más de transmitir que de conservarse. Para ilustrar su afirmación presentó diversos ejemplos, en diapositivas, de códices, en los que, según su parecer, quedaba suficientemente claro que no se escribieron con el propósito de sustituir las tradiciones orales. Subrayó la prioridad de la oralidad sobre la escritura, de forma que el texto tenía valor en cuanto era reconocido oralmente.

La última intervención corrió a cargo del profesor Horacio Simian-Yofre (Pontificio Instituto Bíblico), con el provocador título de «La esclerosis de la Palabra: la Escritura». Comenzó hablando de la relación entre Sagrada Escritura y canon, desde una postura crítica, afirmando la distinción que se debe hacer entre ambas realidades. Apostó por un estudio de los textos analizando la diacronía y la sincronía en un proceso dialéctico. Continuó examinando la relación entre la Escritura y la «sagrada biblioteca», aseverando que la palabra muere al ser escrita, aunque también reconoció que la escritura significa también la conservación de esta palabra. Aunque, afirmó: fijar un texto implica negar la visión calidoscópica de la palabra. Lanzó la pregunta: «¿lectura canónica o lectura intertextual?»; para afirmar rotundamente: «una verdadera lectura canónica ha de ser una lectura intertextual.» La última parte de su conferencia la dedicó a comentar «el “rigor mortis” a una lectura abierta de la Sagrada Escritura». Sostuvo que la interculturalidad exige diversas lecturas posibles de los textos, teniendo en cuenta que la Biblia cristiana se formó en un proceso constante de asimilaciones culturales. Acabó lanzando un atrevido interrogante: ¿Es posible un principio interpretativo multicultural?

Además de las tres grandes ponencias, rellenaron los actos de esta asamblea diversas actividades, algunas de las cuales ya tienen una solera dentro de estos eventos: las sesiones informativas, la asamblea de la asociación (donde se eligió, entre otros, al nuevo director de la ABE, Santiago Guijarro, y como subdirectora a Carmen Bernabé), una visita guiada al museo oriental de los agustinos, la cena homenaje a los asociados que han llegado a los 70 años de edad, una visita por la ciudad y, sobre todo los seminarios de estudio y de trabajo. Este año además de los tres ya clásicos, «Antiguo Testamento» (coordinado por Guadalupe Seijas), «Nuevo Testamento» (coord. por Rafael Aguirre Monasterio) y «San Pablo» (coord. por Federico Pastor), contamos con uno que inició su andadura el curso pasado, «Evangelios y Antiguo Testamento» (coord. por Luis Sánchez Navarro), y otro que se inauguraba en estas Jornadas: «Biblia y Pastoral» (coord. por Javier Velasco Arias).

Permitidme unas breves líneas sobre este último, en el que me tocó participar y coordinar. Nació a iniciativa del Consejo de la asociación, con la intención de dar respuesta a la inquietud cada vez más creciente en el pueblo creyente, del que también se ha hecho eco diversos documentes eclesiales, de que la Palabra de Dios se convierta en la «animación bíblica de toda la pastoral»; de forma que toda la vida de la comunidad eclesial esté informada por dicha Palabra. Y, lógicamente, que todo el trabajo de investigación y estudio que se está realizando alrededor de la Biblia, llegue en su justa medida a todo el pueblo creyente.
En este primer encuentro lo que hicimos es poner en común las diversas iniciativas e inquietudes de los diversos grupos y personas que participamos en el seminario. Contamos con suculentas intervenciones, la mayoría presentadas en el mismo seminario y otras enviadas por escrito de algunos que no podían asistir, con representación del trabajo que se está realizando en toda España, e incluso alguna de fuera de nuestras fronteras. La continuidad de este seminario y la integración de las diversas iniciativas particulares, junto con la posibilidad de compartir y hacer cosas en común es todo un reto.

javier velasco arias

viernes, 17 de septiembre de 2010

Transversalidad de la Biblia en la pastoral

Es, sobre todo, a partir de los últimos encuentros de la FEBIC (Federación Bíblica Católica) que la hasta entonces llamada «Pastoral bíblica» comenzó a denominarse «Animación bíblica de la pastoral». La primera prioridad que señaló la FEBIC para el período 2008-2014 es «la animación bíblica de toda la vida de la Iglesia, de manera que todo el ministerio pastoral esté inspirado y animado por la Palabra de Dios», subrayando que la Palabra de Dios ha de ser el alma (anima) de toda la pastoral de la Iglesia.

De esta intuición se ha hecho también eco el Sínodo de los obispos sobre «La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia» (octubre 2008) cuando, por ejemplo, afirma: «La Dei Verbum [Concilio Vaticano II] exhorta a hacer de la Palabra de Dios no sólo el alma de la teología sino también el alma de toda la pastoral, de la vida y de la misión de la Iglesia (cf. DV 24). Los obispos deben ser los primeros promotores de esta dinámica en sus diócesis. Para ser anunciador y anunciador creíble, el obispo debe nutrirse, él el primero, de la Palabra de Dios, de manera que pueda sostener y hacer cada vez más fecundo su propio ministerio episcopal. El Sínodo recomienda incrementar la “pastoral bíblica” no en yuxtaposición a otras formas de pastoral sino como animación bíblica de toda la pastoral» (proposición 30).

La Biblia tiene una función transversal en toda la pastoral. Nada en la pastoral es ajeno a la Palabra de Dios. Y esto no sólo es aplicable a la pastoral sacramental o litúrgica. Se extiende a la homilía, a toda la predicación, a la catequesis (a toda la catequesis), a la pastoral social, a la de la salud, a la de la inmigración, a la ecuménica y un largo etcétera. La Palabra de Dios interpela a toda la comunidad cristiana y tiene la vocación de informar, de transformar toda la realidad eclesial.

Es necesario, es urgente que la Palabra de Dios recupere la centralidad que le corresponde. En todas las parroquias, en todos los grupos, en todas las comunidades y movimientos ha de ser una prioridad la lectura, estudio, plegaria de la Biblia, en una perspectiva actualizadora, provocadora, transformadora de la propia comunidad. El mismo sínodo de la Palabra pedía «una reflexión teológica sobre la sacramentalidad de la Palabra de Dios» (proposición 7). Es Jesús, Palabra de Dios, quien se hace presente, quien nos habla a través de ella.

Ya no podemos hablar de pastoral bíblica, como si ésta fuese una forma de pastoral, al lado de otras formas posibles. La Biblia es aquel fundamento imprescindible sin el que es imposible hacer pastoral, al menos pastoral cristiana.

Inicio de andadura

Empezamos la andadura de una nueva iniciativa: «Biblia y Pastoral»
 

Este blog nos permitirá compartir nuestras ideas, experiencias, proyectos, etc. sobre la íntima relación entre la Palabra de Dios y la Pastoral.

Partimos del convencimiento de que la Biblia no puede ser un aspecto más de la pastoral, si no que ésta debe informar toda la acción pastoral, de una forma transversal.