viernes, 24 de septiembre de 2010

Memoria, Palabra, Escritura. La génesis viva del texto

Del 6 al 8 de septiembre se celebraron en Valladolid, en el «Estudio Teológico Agustiniano», las XXII Jornadas de la «Asociación Bíblica Española» (ABE). El encuentro tuvo como elemento aglutinador tres grandes conferencias, bajo el título genérico de «Memoria, Palabra, Escritura. La génesis viva del texto».

La primera conferencia del profesor Samuel Byrskog (Universidad de Lund, Suecia) trató sobre «From Orality to Textuality: The Emergence of a New Form-Critical Paradigm» (De la oralidad a la textualidad: El surgimiento de un nuevo paradigma de la crítica de las formas). En su plática subrayó el cambio de paradigma al que estamos asistiendo en la forma de entender las tradiciones orales y su importancia. Señaló lo que él considera los tres componentes centrales de la historia oral: los testigos oculares, la tradición oral y la memoria. Después analizó el potencial de la Chreia (relato breve que se utiliza como ilustración o ejemplo) como una entidad de la crítica de la formas. Continuó con un ejemplo de esta forma literaria, a partir del texto de Mc 1,35-39. Acabó su intervención hablando de cómo es vivido el pasado en el presente, cómo las experiencias transmitidas oralmente, y después puestas por escrito, son reelaboradas buscando respuestas a las situaciones contemporáneas.

La segunda ponencia, del profesor Juan Chapa (Universidad de Navarra), versó sobre «La materialidad de la Palabra: manuscritos que hablan». El ponente, que utilizó un interesantísimo material gráfico, afirmó que los escritos del Nuevo Testamento nacieron con la intención más de transmitir que de conservarse. Para ilustrar su afirmación presentó diversos ejemplos, en diapositivas, de códices, en los que, según su parecer, quedaba suficientemente claro que no se escribieron con el propósito de sustituir las tradiciones orales. Subrayó la prioridad de la oralidad sobre la escritura, de forma que el texto tenía valor en cuanto era reconocido oralmente.

La última intervención corrió a cargo del profesor Horacio Simian-Yofre (Pontificio Instituto Bíblico), con el provocador título de «La esclerosis de la Palabra: la Escritura». Comenzó hablando de la relación entre Sagrada Escritura y canon, desde una postura crítica, afirmando la distinción que se debe hacer entre ambas realidades. Apostó por un estudio de los textos analizando la diacronía y la sincronía en un proceso dialéctico. Continuó examinando la relación entre la Escritura y la «sagrada biblioteca», aseverando que la palabra muere al ser escrita, aunque también reconoció que la escritura significa también la conservación de esta palabra. Aunque, afirmó: fijar un texto implica negar la visión calidoscópica de la palabra. Lanzó la pregunta: «¿lectura canónica o lectura intertextual?»; para afirmar rotundamente: «una verdadera lectura canónica ha de ser una lectura intertextual.» La última parte de su conferencia la dedicó a comentar «el “rigor mortis” a una lectura abierta de la Sagrada Escritura». Sostuvo que la interculturalidad exige diversas lecturas posibles de los textos, teniendo en cuenta que la Biblia cristiana se formó en un proceso constante de asimilaciones culturales. Acabó lanzando un atrevido interrogante: ¿Es posible un principio interpretativo multicultural?

Además de las tres grandes ponencias, rellenaron los actos de esta asamblea diversas actividades, algunas de las cuales ya tienen una solera dentro de estos eventos: las sesiones informativas, la asamblea de la asociación (donde se eligió, entre otros, al nuevo director de la ABE, Santiago Guijarro, y como subdirectora a Carmen Bernabé), una visita guiada al museo oriental de los agustinos, la cena homenaje a los asociados que han llegado a los 70 años de edad, una visita por la ciudad y, sobre todo los seminarios de estudio y de trabajo. Este año además de los tres ya clásicos, «Antiguo Testamento» (coordinado por Guadalupe Seijas), «Nuevo Testamento» (coord. por Rafael Aguirre Monasterio) y «San Pablo» (coord. por Federico Pastor), contamos con uno que inició su andadura el curso pasado, «Evangelios y Antiguo Testamento» (coord. por Luis Sánchez Navarro), y otro que se inauguraba en estas Jornadas: «Biblia y Pastoral» (coord. por Javier Velasco Arias).

Permitidme unas breves líneas sobre este último, en el que me tocó participar y coordinar. Nació a iniciativa del Consejo de la asociación, con la intención de dar respuesta a la inquietud cada vez más creciente en el pueblo creyente, del que también se ha hecho eco diversos documentes eclesiales, de que la Palabra de Dios se convierta en la «animación bíblica de toda la pastoral»; de forma que toda la vida de la comunidad eclesial esté informada por dicha Palabra. Y, lógicamente, que todo el trabajo de investigación y estudio que se está realizando alrededor de la Biblia, llegue en su justa medida a todo el pueblo creyente.
En este primer encuentro lo que hicimos es poner en común las diversas iniciativas e inquietudes de los diversos grupos y personas que participamos en el seminario. Contamos con suculentas intervenciones, la mayoría presentadas en el mismo seminario y otras enviadas por escrito de algunos que no podían asistir, con representación del trabajo que se está realizando en toda España, e incluso alguna de fuera de nuestras fronteras. La continuidad de este seminario y la integración de las diversas iniciativas particulares, junto con la posibilidad de compartir y hacer cosas en común es todo un reto.

javier velasco arias

viernes, 17 de septiembre de 2010

Transversalidad de la Biblia en la pastoral

Es, sobre todo, a partir de los últimos encuentros de la FEBIC (Federación Bíblica Católica) que la hasta entonces llamada «Pastoral bíblica» comenzó a denominarse «Animación bíblica de la pastoral». La primera prioridad que señaló la FEBIC para el período 2008-2014 es «la animación bíblica de toda la vida de la Iglesia, de manera que todo el ministerio pastoral esté inspirado y animado por la Palabra de Dios», subrayando que la Palabra de Dios ha de ser el alma (anima) de toda la pastoral de la Iglesia.

De esta intuición se ha hecho también eco el Sínodo de los obispos sobre «La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia» (octubre 2008) cuando, por ejemplo, afirma: «La Dei Verbum [Concilio Vaticano II] exhorta a hacer de la Palabra de Dios no sólo el alma de la teología sino también el alma de toda la pastoral, de la vida y de la misión de la Iglesia (cf. DV 24). Los obispos deben ser los primeros promotores de esta dinámica en sus diócesis. Para ser anunciador y anunciador creíble, el obispo debe nutrirse, él el primero, de la Palabra de Dios, de manera que pueda sostener y hacer cada vez más fecundo su propio ministerio episcopal. El Sínodo recomienda incrementar la “pastoral bíblica” no en yuxtaposición a otras formas de pastoral sino como animación bíblica de toda la pastoral» (proposición 30).

La Biblia tiene una función transversal en toda la pastoral. Nada en la pastoral es ajeno a la Palabra de Dios. Y esto no sólo es aplicable a la pastoral sacramental o litúrgica. Se extiende a la homilía, a toda la predicación, a la catequesis (a toda la catequesis), a la pastoral social, a la de la salud, a la de la inmigración, a la ecuménica y un largo etcétera. La Palabra de Dios interpela a toda la comunidad cristiana y tiene la vocación de informar, de transformar toda la realidad eclesial.

Es necesario, es urgente que la Palabra de Dios recupere la centralidad que le corresponde. En todas las parroquias, en todos los grupos, en todas las comunidades y movimientos ha de ser una prioridad la lectura, estudio, plegaria de la Biblia, en una perspectiva actualizadora, provocadora, transformadora de la propia comunidad. El mismo sínodo de la Palabra pedía «una reflexión teológica sobre la sacramentalidad de la Palabra de Dios» (proposición 7). Es Jesús, Palabra de Dios, quien se hace presente, quien nos habla a través de ella.

Ya no podemos hablar de pastoral bíblica, como si ésta fuese una forma de pastoral, al lado de otras formas posibles. La Biblia es aquel fundamento imprescindible sin el que es imposible hacer pastoral, al menos pastoral cristiana.

Inicio de andadura

Empezamos la andadura de una nueva iniciativa: «Biblia y Pastoral»
 

Este blog nos permitirá compartir nuestras ideas, experiencias, proyectos, etc. sobre la íntima relación entre la Palabra de Dios y la Pastoral.

Partimos del convencimiento de que la Biblia no puede ser un aspecto más de la pastoral, si no que ésta debe informar toda la acción pastoral, de una forma transversal.